Tinta Limón y ¿Todo Piola?
invitan a la presentación del libro de poemas
Crónicas de una libertad condicional
de Camilo Blajaquis
(para Donato y todos los pibes que mató la sociedad)
Martes 22 de noviembre, 19 hs
Sala Juan L Ortiz (tercer piso)
Biblioteca Nacional
Agüero 2502 - CABA
Invitados:
Rocambole
Horacio González
Fantasma DJ
+
Música
Lectura de poemas en vivo a cargo del autor
Proyección de nuevos audiovisuales ¿Todo Piola?
184 páginas, $ 50
Imagen de tapa y dibujos interiores: Ricardo Cohen (Rocambole)
***
Crónica de una libertad condicional es un libro de poemas compuesto por palabras-armas. Estallan, hacen ruido, están lastimadas, hieren, tienen una fuerza belicosa: se baten a duelo con los estereotipos, los burlan, los consumen, los manosean, en un mano a mano tan directo que una mala pasada, o un mal reflejo, le devuelve la iniciativa al estereotipo, que entonces vuelve a acertar su golpe, congela los desplazamientos, captura el sentido.
Del Prólogo de la editorial Tinta Limón
Si me rechazaban la revista y me comía un bolaceo estaba en el horno. Iba a tener que remarla. Yo quería caminar por el barrio, no me gustaba estar guardado. Lo que pasó ese día fue algo surrealista, algo cinematográfico. Había como veinte pibes, una noche que hacía calorcito, aunque ya era mayo. Me acuerdo que estoy llegando y aparece uno por la esquina tirando al aire: ¡pum! ¡pum! ¡pum! ¡pum! Y sale otro, “¡buena guacho!”, ¡pum! ¡pum! Yo llegué y a lo primero me la tenía guardada. Hasta que en un momento les dije: “che muchachos les quiero mostrar algo que estoy haciendo con otra gente”. Saco dos, las muestro, y se las doy a dos pibes con los que más afinidad tengo. “Uh, el barrio, mirá vo las fotos”, que pum que pam. Y veo que uno estaba parado, la hojea, la hojea, y como que frena en un texto, no sé en cuál, se va unos pasos donde hay una escalera, se sienta… A todo esto yo me hacía el que no lo miraba, ¿viste? ¡Y se cuelga a mirarla! Y viene otro más y dice, “¿uh, qué es esto?”. “Nada, una revista”. “Uy, ¿tené?”. “Más vale, tomá”. Entregué como diez. Pim, pum, pam, se empezaron a enganchar todos. Y les dije: “por favor, chicos, no la rompan”. Y lo loco fue que después anduve por un par de las casas de los pibes, ¡y la tenían en el modular!
Del Epílogo del Colectivo ¿Todo Piola?
Todo esto es un circo y cada uno tiene su propio show, su disfraz y su público.
Camilo Blajaquis
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