Chile atraviesa desde hace mucho tiempo una crisis educativa debido a lo caro que es estudiar allí. Por este motivo los estudiantes se movilizaron nuevamente reclamando por un cambio profundo que tenga por resultado una educación gratuita y de calidad. El gobierno chileno por su parte decidió consultar a un experto en materia educativa y al saber que muchos chilenos vienen a estudiar a Buenos Aires, dedujo que Mauricio Macri sería el mejor consejero. Tampoco dudó del buen estado de los establecimientos educativos al enterarse de la gran cantidad de votos que recibió. El ingeniero meditó mucho hasta dar con la solución. Si profundizan la privatización aún más (si fuera posible) crecerán las protestas de los estudiantes que actualmente deben endeudarse para estudiar. La educación gratis tampoco podía ser una opción para un avanzado pensador neoliberal. Entonces ¿qué hacer? ¡Eureka!, gritó de pronto. Muy simple, se aceptarán los órganos de los estudiantes como parte de pago por la educación recibida. Aquellos en buen estado podrán ser utilizados por "ciudadanos bien" que los necesiten y los que no estén 0 km. pueden ser usados como material educativo en las facultades de medicina. "De paso tendremos menos extranjeros no europeos ocupando la ciudad, todos ganan", explicó el futuro y pasado ganador de Buenos Arios.
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