Asintiendo
Nuestra cabeza que estalla,
sin nombrar nuestro páncreas.
Y esta ignorancia que opaca.
Profesores mintiendo,
con los medios influyendo.
Cárceles escondiendo
y el estado aplaudiendo.
Y vos acá sintiendo,
el desprecio y su obra,
de diseño conformante,
para facilmente silenciarte,
mandando bocanadas
a nuestro pecho inflamable,
haciéndonos responsables
de su juego y su trampa,
apuntando y aplastando,
para avanzar en su camino.
Y nosotros disfrazando
la tristeza del alma,
sin olores y con destreza
para no usar la cabeza,
maldiciendo y preguntando
a un destino sin sentido,
que se cruza en mi camino
y endurece mis latidos.
libertino proudhon
Nuestra cabeza que estalla,
sin nombrar nuestro páncreas.
Y esta ignorancia que opaca.
Profesores mintiendo,
con los medios influyendo.
Cárceles escondiendo
y el estado aplaudiendo.
Y vos acá sintiendo,
el desprecio y su obra,
de diseño conformante,
para facilmente silenciarte,
mandando bocanadas
a nuestro pecho inflamable,
haciéndonos responsables
de su juego y su trampa,
apuntando y aplastando,
para avanzar en su camino.
Y nosotros disfrazando
la tristeza del alma,
sin olores y con destreza
para no usar la cabeza,
maldiciendo y preguntando
a un destino sin sentido,
que se cruza en mi camino
y endurece mis latidos.
libertino proudhon
unas líneas viscerales, duras y sentidas.
ResponderEliminarLibertinas y proudhonianas...
Una comida agridulce que puede caer mal pero también ser muy rica condimentada con empatía.
¡Provecho!
PD: ¿Morderan alguna vez esos perritos que mueven la cabeza afirmando todo el día en los colectivos?
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