Las fiestas siempre se enmarcan de un espíritu maravilloso de fraternidad y amor pero esta vez serán superadas todas las expectativas, dado que asistimos al histórico momento de un cambio de sistema, mejorado y perfeccionado para cada cual tenga lo que merece. Se sabe que las discusiones políticas nunca acaban en buen puerto: ¿Totalitarismo o libertad?, ¿monarquía o república? Son temas que debemos dejar a los que más entienden y despreocuparnos porque sabemos que ellos velan por nuestro bien. La buena noticia es que este fin de año vendrá acompañado no sólo por brindis sino por gendarmes que, con su verde militar, sabrán acoplarse al decorado navideño y así camuflados entre arbolitos de plástico se asegurarán que nada malo nos pase. Es que para que algunos puedan disfrutar los beneficios de la democracia, otros deben ser custodiados a punta de escopeta. Por eso, por el bien de los Derechos Humanos, la presidenta reforzará la seguridad con seis mil nuevos gendarmes en los barrios marginados y estimulará el debate político en los "café" de Recoleta, Barrio Norte y Palermo Pro. Felicitamos desde aquí a Cristina por esta maravillosa iniciativa que resuelve la histórica falsa antinomia, demostrando que la solución era simple: Democracia para los ricos, Dictadura para los pobres.
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