sábado, 19 de junio de 2010

La dulce vida del “hombre de los Dos Corazones”


La emotiva historia de los Fort ya es conocida por todos. Un muchachito avispado y emprendedor de escasos y tiernos 12 añitos; quizás por providencia divina, o tal vez simple casualidad, ¿quién sabe? Como todos los días se aprestaba a disfrutar de su merienda cuando quiso el destino que un alma pura, como el chocolate, fuese recompensada. La leal empleada doméstica (da), estaba preparando la bebida preferida del señorito Felipe cuando de repente, por una torpeza típica de cualquier ser de “pocas luces”, el recipiente con leche chocolatada hirviendo cayó sobre Rosita. A pesar de los gritos y las evidentes quemaduras, este niño visionario no se dejó distraer y siguió bebiendo. Así fue como una verdad revelada nació esta empresa, basada en la genialidad de su creador quién encontró que la mágica combinación entre chocolate y pobreza eran la fórmula del éxito. Sólo el contacto con personas en situación de marginalidad extrema podían darle al chocolate ese sabor que lo hace único.

En nuestros “cacaó-ticos” días su nieto Ricardito, llamado por todos cariñosamente Ricky, sigue apostando al sueño de su abuelo lanzando la nueva colección de su tradicional chocolatín “Jack” llamada “El chocobrero”, con simpáticos muñequitos para ellas, el combativo delegado gremial y el picaresco capataz Manolarga y, para ellos, la estudiante feminista y la obrera en la dulce espera. Por ahora en su única presentación “El chocobrero en negro”. Un vocero de la empresa lo definió como “una sabrosa jornada de 12 horas que se flexibiliza en tu boca”.

A pesar de las maliciosas campañas de difamación de las que está siendo víctima esta intachable familia, producto innegable de la envidia, su buen nombre no podrá ser ensuciado. Han sido muchas las injurias que han disparado sobre ellos (acoso sexual a empleadas, despidos, embarazos perdidos a causa de trabajo pesado, falta de equipo para evitar accidentes, precarización, contratos basura, persecuciones, etc.). Sin embargo históricamente, los Fort han sabido dar al trabajador el lugar que se merece. Sin ir más lejos, tenemos el homenaje a Celso Acuña, primer empleado extranjero de esta fábrica. Estamos hablando, por supuesto, del delicioso “Paragüita”, en clara mención a quien, sumisamente y de manera ejemplar, trabajara el doble de horas por la mitad de sueldo que sus compañeros. Las calumnias referidas al acoso sexual de empleadas de Fel-Fort, no serían más que el resultado de malas interpretaciones de métodos modernos de estímulo a la productividad, que aprendieran los supervisores y los gerentes en cursos dictados por la “Clinton University”.En un contexto inadecuado y para los mal pensados, frases como “Entregá el Marroc” o “Te como el bombón” pueden prestarse a confusiones.Nada más lejos de la verdad para hablar de un nombre tan generoso y dulce como el chocolate.

1 comentario:

  1. gabriel perfil redondeado23 de junio de 2010, 3:26

    Se quién este fulano porque su imagen la ponen en todos lados, pero lo cierto es que cada vez que el aparece yo cambio de canal, esto se lo he confesado al padre Mario el domingo en la misa y me dió como penitencia tres baño María.
    Los medios hacen como con la frase de Dios "que la chupen" que decían que era terrible, pero la pasaban cada diez minutos, a este lo denóstan pero te lo meten hasta en la sopa

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